El Buey de Galton
«Los grandes colectivos son más inteligentes que la minoría selecta, por brillante que ésta sea, cuando se trata de resolver problemas, promover la innovación, alcanzar decisiones prudentes, e incluso prever el futuro«. James Surowiecki
Corría el año 1906. En una lluviosa mañana, típica de la campiña inglesa, Francis Galton de 85 años, sale junto a su mozo de carruaje en dirección a la feria de ganado de Plymouth. Como cada año se celebra la “West England Fat Stock and Poultry Exhibition”, uno de los acontecimientos ganaderos más respetados de la región. Todos los oficiales, nobles, agricultores, jóvenes y ancianos se habían dado cita allí. El concurso anual tan solo acababa de comenzar y los concursantes se inquietaban al ver pasar a lo mas selecto del ganado inglés.
Galton adora la feria de ganado. Pasea entre los bueyes con exquisita curiosidad, hasta que algo le detiene. Un enorme buey, de un tamaño que Galton no podía casi creer, se levanta justo frente a él. Impresionado por semejante animal, apenas se da cuenta del cartel que cuelga de la valla de madera que separa a ambos: “Adivine el peso del buey y será suyo”.
Por una apuesta de 6 peniques cualquiera puede ganar un buen premio. Siguiendo la tradición inglesa, todo asistente va depositando sus peniques en una gran caja junto a una tarjeta con su nombre y su apuesta particular. Galton, fascinado desde siempre por la estadística, pide al mozo que le ayude a copiar todos los valores en una libreta aparte. Unas horas mas tarde, el buey es sacrificado y pesado, dando lugar a un peso total de 1.198 libras (543kg). Para su sorpresa nadie había adivinado, ni siquiera los mas avezados ganaderos locales. Curiosamente, la estimación mas acertada no provenía de una sola persona, sino de todas.
Al calcular la media aritmética de las apuestas hechas por las más de 800 personas asistentes a la feria (1207 libras – 547kg), el resultado apenas se desviaba un 0,75% del peso real del animal. Ésta estimación colectiva no solo era mejor que la persona que mas se había acercado, sino de las de los mayores expertos en ganado del país.
La colaboración y competencia hace surgir un concepto de inteligencia superior a la individual. Este fenómeno, denominado “Inteligencia colectiva” no parte de un grupo común, ni es producto de la colaboración, sino más bien un proceso horizontal de cooperación invisible donde la existencia de incentivos individuales permite alcanzar nuevas cuotas de conocimiento. La inteligencia colectiva genera nuevas formas de organización, horizontales y poco jerarquizadas con capacidad de multiplicar las capacidades creativas individuales. Si bien nadie sabe todo, todo el mundo sabe algo. Y es ese algo, lo que permite, como en pequeñas gotas de agua, conformar una nueva realidad.
La civilización descansa en el hecho de que todos nos beneficiamos de un conocimiento que no poseemos. [...] Y una de las maneras en que la civilización nos ayuda a superar esa limitación en la extensión del conocimiento individual consiste en superar la ignorancia no mediante la adquisición de un mayor conocimiento, sino mediante la utilización del conocimiento que ya existe ampliamente disperso. Friedrich Hayek
Las novedades del mes y referencias para tirar del hilo.
-Por Héctor Sanmiguel-
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