El código de la existencia
Las más grandes virtudes son aquellas capaces de servir a otros. Aristóteles
La ventaja era simple, poder decir que no. Permitir que gran parte de las cosas no estén a la venta. Que tus hijos, tu tiempo, tu esfuerzo no deban estar sometidos a reclamaciones, a autoridades, a intercambios no aceptados por medio de la razón.
El valor del dinero, del comercio, del libre intercambio, se basa en la excepción de los productos en venta, no en la posibilidad de poner un precio a todo. Cuanta mayor base monetaria existe en una sociedad, menor número de cosas se necesitan vender.
El trueque hacía de las deudas, los favores y las obligaciones un sistema de pagos donde la conveniencia y el libre arbitrio dejaban constantemente expuesto a la interpretación hasta el más mínimo detalle de cada intercambio. La diferencia entre código interpretable (wet code) y código sólido (dry code).
El dinero es la forma de intercambio, de comunicación, mas justo que hemos encontrado. El libre comercio nos permite traer al momento presente no solo necesidades futuras, sino obligaciones que no sabemos si podremos cumplir. El dinero ejerce de máquina del tiempo, supliendo la obligación por la opcionalidad. El deseo por la razón. La espera por la acción.
La virtud del libre comercio es que solo aquello que decidimos conscientemente está sujeto a las reglas del intercambio. Debiendo acatar y ejercer dichas reglas únicamente cuando deseamos y como decidamos. El intercambio nos permite no poner precio a aquellas cosas que más queremos, tu tiempo, tu dignidad, tus sueños; poniéndoselo solo a aquellas que estamos dispuestos a vender.
La virtud del libre mercado es que para darse, ambas partes deben basarse en el respeto mutuo. Apelar a la voluntariedad, no a la imposición. Poco tiene que ver el libre comercio con el capitalismo que privatiza beneficios y socializa pérdidas. Donde no hay lugar para la razón solo existe lugar para la impaciencia y la efimeridad.
¿Cuál es entonces el origen del dinero? El principio moral por el que las personas dan valor por valor, intercambiando su mérito, su tiempo y su esfuerzo entre sí. No la fuerza. No la coacción. El intercambio es aquella fórmula por la que estamos convencidos de que el valor de nuestro esfuerzo es intercambiable por el esfuerzo equivalente de otros. El dinero, quizás en esencia, solo sea un derecho al esfuerzo de lo que otros producen por el esfuerzo de lo que somos capaces de producir.
Se puede ignorar la realidad, pero no las consecuencias de ignorar la realidad. Ayn Rand
Inspiración
Como siempre, referencias para tirar del hilo.
-Por Héctor Sanmiguel
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