Un polvorín
“Tardamos en detectar una mentira, incluso cuando la tenemos delante. Es agotador desconfiar y la credulidad facilita enormemente la comunicación”
Una cuestión tecnológica
Cabe aceptar que todos los utensilios e instrumentos técnicos que los hombres hemos logrado construir en el curso de la historia de nuestra evolución cultural nos han hecho la vida un poco más fácil. La ciencia y la técnica han contribuido a cierto dominio de la naturaleza, de tal manera que esta, incluso, ha servido a nuestros fines.
Por lo tanto, el devenir histórico de la humanidad nos da una impresión en parte positiva, ascendente, de triunfo. Nuestro incipiente dominio sobre la naturaleza nos llena de orgullo como especie, y ebrios de optimismo ya nos vemos como pequeños dioses. Dioses con prótesis, como diría Freud.
“El hombre ha llegado a ser, por decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero estos no crecen de su cuerpo y a veces le procuran muchos sinsabores”. S.Freud
Siendo sinceros tendremos que reconocer que los progresos técnicos no logran dar un sentido completo a nuestra existencia. De hecho, bastaría con observar nuestra civilización hipertecnológica, en la cual la infelicidad y la frustración están a la orden del día.
La cultura
Nos protegemos contra la inclemente naturaleza con un instrumento llamado cultura. La creación de herramientas básicas y el dominio de ciertos elementos, como el fuego, fueron los primeros impulsos en este sentido. Pero son solo los primeros, ya que el ser humano no se conformará con dominar y protegerse de ciertas agresiones de la naturaleza: rápidamente buscará y aspirará a metas más altas.
No obstante, esta cultura, una de las características más relevantes de nuestra civilización, también nos impone la limitación de los instintos. Cuanta más civilización hay, menos libertad existe, a cambio de más seguridad y protección. Pero los seres humanos nos son hormigas que enseguida y para siempre se contenten con con sacrificar su individualidad en favor de la colectividad, siempre experimentaremos internamente una reacción en contra de aquello que nos impida realizar nuestros deseos más genuinos.
Con lo dicho, está claro que socialmente nos hallamos sobre un polvorín, y en ocasiones bastará con prender la mecha.
“La tarea no consiste en ver lo que nunca se ha visto antes, sino en pensar lo que nunca se ha pensado antes sobre lo que se ve cada día” E.Schrödinger
Inspiración
Como siempre, referencias para tirar del hilo.
Puedes escribirnos a info@artigapartners.com
-Por Héctor Sanmiguel